Resumen
Los plásticos biodegradables se han propuesto como una alternativa a los plásticos convencionales para muchas aplicaciones, como bolsas de plástico de un solo uso, cubiertos y vajillas desechables y películas de mantillo de plástico agrícola. Sin embargo, han surgido preocupaciones sobre la sostenibilidad ambiental de los plásticos biodegradables, especialmente en lo que respecta a la degradabilidad, la generación de micro y nanoplásticos biodegradables y la liberación de aditivos. Aquí, evaluamos críticamente la literatura sobre la degradación y la ecotoxicidad de los plásticos biodegradables teniendo en cuenta las concentraciones ambientalmente relevantes.
Nuestra evaluación sugiere que, siempre que se eliminen adecuadamente y se produzca una biodegradación completa, los plásticos biodegradables, incluidos los micro y nanoplásticos biodegradables, no se acumularían sustancialmente en el medio ambiente y estarían lejos de alcanzar concentraciones en las que se puedan esperar impactos negativos en los ecosistemas. Además, destacamos los esfuerzos regulatorios existentes para prevenir la ecotoxicidad adversa de los plásticos biodegradables.
Para garantizar la biodegradación oportuna en diversas condiciones de eliminación, proponemos calibrar la biodegradabilidad real en los entornos de eliminación con la biodegradabilidad intrínseca de los estándares. Además, recomendamos complementar los certificados de biodegradabilidad de los plásticos biodegradables con instrucciones claras de eliminación, para garantizar una gestión adecuada del final de la vida útil. Con las pruebas adecuadas, el etiquetado exhaustivo y una gestión eficaz, creemos que, para ciertas aplicaciones, los plásticos biodegradables son un sustituto prometedor de los plásticos convencionales.
Recomendaciones y consecuencias para las políticas
Los plásticos biodegradables son un sustituto prometedor de los plásticos convencionales, especialmente para los productos de un solo uso. En la actualidad, solo se dispone de unos pocos polímeros biodegradables y tienen diferentes propiedades de los materiales y biodegradabilidad. Por ejemplo, el PLA tiene propiedades similares al polietileno de alta densidad o al polipropileno, mientras que el PBAT es similar al polietileno de baja densidad. El PLA es más rígido y, por lo tanto, se puede usar para hacer platos y cubiertos, mientras que el PBAT es flexible y se puede usar para hacer bolsas de plástico y películas de mantillo agrícola. El PLA solo se biodegrada en el compost industrial y en los digestores anaeróbicos termófilos, mientras que el PBAT se biodegrada en el suelo y en el compost industrial. Por lo tanto, los plásticos biodegradables deben elegirse para aplicaciones adecuadas y gestionarse teniendo en cuenta el escenario de fin de vida útil previsto.
Existen pruebas de laboratorio y normas apropiadas para ese fin, pero todavía es necesario elaborar y ratificar pruebas y normas sobre el terreno para garantizar que la biodegradación se produzca efectivamente en condiciones ambientales reales de manera oportuna para el uso previsto. Para la implementación exitosa de plásticos biodegradables, las agencias reguladoras deben emprender una serie de medidas, que incluyen (1) aditivos de control en plásticos biodegradables para mitigar posibles impactos ambientales adversos; (2) hacer cumplir la certificación de biodegradabilidad de los productos plásticos biodegradables, indicando su cumplimiento con estándares de certificación específicos; 3) proporcionar instrucciones de eliminación de los plásticos biodegradables, en consonancia con sus escenarios previstos de fin de vida útil; y (4) garantizar una capacidad de procesamiento adecuada y la accesibilidad de las instalaciones de compostaje industrial y digestión anaeróbica.
Sin una gestión adecuada del final de su vida útil, los plásticos biodegradables perderían sus ventajas sobre los plásticos convencionales, y no hay necesidad de otra dolorosa lección sobre la contaminación plástica por la eliminación inadecuada de residuos plásticos biodegradables. Los ecosistemas terrestres y acuáticos no gestionados no son, ni deberían ser, un destino previsto para el final de la vida útil de los plásticos biodegradables. Con el diseño, las pruebas, el etiquetado y la gestión adecuados, estamos seguros de que nuestra sociedad puede aprovechar el potencial de los plásticos biodegradables para frenar la contaminación plástica mundial.
Tomado y traducido del Repositorio Nature.