Los científicos de la Facultad de Agricultura de la Universidad de Mendel en Brno se centraron en los envases que se pueden comer junto con los alimentos. Actualmente está desarrollando envases comestibles a base de proteínas, que tiene el carácter de papel de cocina flexible. Pero hay muchas variantes. El envasado también puede ser en forma de spray o líquido, en el que se sumerge el alimento. La principal ventaja de los envases comestibles no es solo su fácil producción, sino también la posibilidad de reducir la cantidad de residuos producidos gracias a ellos.
“Los envases comestibles representan una de las formas de reducir la gran cantidad de envases de plástico sintético que se descompone en la naturaleza durante décadas. Sin embargo, con su ayuda, los residuos producidos pueden reducirse en general. También podemos utilizar materias primas de desecho de otras tecnologías para producir envases comestibles”, dice la investigadora Soňa Hermanová del Instituto de Tecnología de Alimentos AF MENDELU. Además, los materiales de embalaje de forma puramente natural no contribuyen a la formación de microplásticos, que se representan como partículas extrañas en el futuro en gran medida desconocidas para todos los organismos.
Actualmente, en el laboratorio, la estudiante Barbora Smetanová está desarrollando envases comestibles a base de proteínas que tienen el carácter de papel de cocina flexible. “La elaboración de la mezcla es sencilla y poco exigente para las materias primas. Aunque las películas producidas no son completamente incoloras y transparentes, su transparencia es suficiente para permitir una inspección minuciosa de los alimentos. Además, el envase es inodoro, por lo que no afecta al aroma de la comida en sí”, explica Smetanová. Para preparar el paquete, la estudiante utiliza proteína de leche, que evalúa mediante espectroscopia UV-vis e infrarroja en tándem y utilizando un microscopio biológico especial.
En el próximo paso, los científicos planean incorporar ingredientes activos en las películas comestibles, lo que debería mejorar el valor nutricional y la funcionalidad del propio envase. “Por supuesto, es necesario lograr propiedades mecánicas aceptables, que son un requisito previo para el envasado industrial de alimentos en papel de aluminio”, añaden los investigadores. Del mismo modo, los expertos deberán resolver el problema de aumentar la resistencia al agua de los envases, ya que las versiones actuales no son adecuadas para alimentos con alto contenido de agua. El envase será probado por científicos en el laboratorio del profesor asociado Nedomová, que estudia las propiedades de textura de los productos alimenticios.
Información tomada y traducida de la sección actualidad de la Universidad de Mendel.