Resumen
La contaminación por materiales poliméricos, en particular plásticos, tiene un efecto negativo en la salud de nuestro planeta. Se estima que aproximadamente 4.900 millones de toneladas de plástico se han desechado de forma inadecuada, teniendo como destino final el medio ambiente. Este escenario proviene de un sistema económico lineal, extracción-producción-consumo y finalmente disposición. El alarmante panorama ha creado la necesidad de encontrar soluciones tecnológicas que generen nuevos usos a los materiales poliméricos desechados o los conviertan en parte del proceso productivo para producir nuevos y novedosos materiales, como nanotubos de carbono, grafeno u otros materiales carbonosos de alto valor añadido, modificando la economía hacia un modelo productivo circular y sostenible. Esta revisión destaca el impacto negativo que tiene la disposición de materiales plásticos en el medio ambiente y las necesidades de investigación que permitan solucionar los problemas de contaminación que generan en el medio ambiente estos residuos. Además, la revisión destaca las direcciones actuales y futuras de la recuperación de residuos plásticos basada en la investigación para promover innovaciones en el sector de producción de plástico que podrían permitir obtener puntos de quiebre en otros sectores industriales con las empresas de base tecnológica.

Conclusiones
Los residuos plásticos son muy resistentes a la degradación y provocan una serie de preocupaciones medioambientales asociadas a la acumulación de residuos en la naturaleza, ya que a largo plazo ejercen efectos tóxicos sobre los seres vivos, los suelos y las fuentes de agua. Hasta la fecha, el reciclaje de plásticos no ha sido una solución económicamente viable y se estima que la mayoría de los plásticos domésticos terminan desechándose incorrectamente en vertederos o al aire libre después de su primer uso. De esta manera, esta revisión demuestra que es posible incorporar residuos plásticos a procesos productivos que permitan la producción de materiales carbonosos de alto valor agregado, constituyendo una alternativa sostenible para la disposición final de estos residuos. Sin embargo, cabe destacar que los métodos para la obtención de estos materiales aún se encuentran en fase de investigación o de laboratorio, por lo que sigue siendo un reto llevarlo a escala industrial y hacerlo viable económicamente. Entre los materiales carbonosos más populares, por sus propiedades eléctricas, mecánicas, térmicas, químicas y estructurales, destacan los nanotubos de carbono. A partir de 2018, el tamaño del mercado fue de 4.55 mil millones de dólares, y se proyecta que para 2023 será de 9.84 mil millones de dólares, por lo que el uso de plásticos reciclados como materia prima se considera una buena opción de producción. Por lo tanto, las asociaciones entre los científicos y la ingeniería son esenciales para integrar dichos procesos con los métodos de fabricación existentes para permitir la conversión de productos posconsumo con alto valor agregado.
También se puede sugerir que otros productos utilicen materia prima procedente de plásticos reciclados, en particular grafeno, carbón activado y pinturas. Todas estas actividades económicas introducirían los residuos plásticos en un nuevo proceso productivo, generando un valor añadido a este tipo de residuos.
Las nuevas aplicaciones en energía, medio ambiente y salud son la fuerza motriz para el desarrollo científico y tecnológico de nanomateriales a partir de residuos plásticos. Las ollas calientes son tratamiento de aguas residuales, conversión de energía, CO2 conversión, producción de combustible, almacenamiento de energía y administración controlada de fármacos.

Información tomada del Repositorio de la Universidad del Valle

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