Un equipo de investigadores de diferentes instituciones españolas han logrado desarrollar “medios filtrantes basados en microfibras y nanofibras electrohiladas de tereftalato de polietileno (PET) obtenido de botellas de plástico, bolsas y otros productos plásticos desechados, que a su vez puede reciclarse para fabricar nuevas mascarillas, con la consiguiente reducción del impacto medioambiental que está ocasionando la obligatoriedad de llevar mascarilla debido a la pandemia de la COVID-19.”
Según se explica esta mascarilla desarrollada “está compuesta por tres capas: dos capas externas, situadas en los lados interno y externo, y un medio filtrante como capa intermedia. Las dos capas protectoras no presentan apenas pérdida de carga, pero sí elevada hidrofobicidad. Ambos tejidos han sido producidos mediante técnicas de electrohilado. El tejido presenta una eficiencia de retención superior al 98% ante partículas de entre 0,5 y 3 micras y del 100% para partículas de 3 micras y superiores. Así, respecto a la mascarilla quirúrgica actual, el tejido basado en PET presenta mejor comportamiento en la retención de partículas finas y gruesas.”
Información tomada del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón